Visita privada: El cosmopolita hogar de dos periodistas viajeros
La pareja aprovechó una estancia en París para reformar el salón-comedor y la cocina de su amplísimo piso de Madrid.
A los dos años de comprar esta casa al norte de Madrid, la pareja tuvo que mudarse a París por trabajo. “Poco antes de volver a España, cuando ya llevábamos viviendo fuera tres años, contactamos con el arquitecto Luis Díaz-Mauriño, a quien ya conocíamos de otros proyectos, y nos pusimos en sus manos. ¡Hicimos la reforma a distancia!”, recuerda la propietaria. “Cuando viajábamos a Madrid, aprovechábamos para ver la obra. Sufrimos poco, porque nos ahorramos los pequeños incidentes habituales de las reformas”, cuenta, divertida.
El salón mantiene la superficie del original, pero sí se cambiaron materiales, la disposición del mobiliario y la decoración para dar más sensación de amplitud y potenciar la luz natural.
“Había un suelo de parqué que se extendía por todo el salón y el comedor que, si bien daba calidez, oscurecía un poco la casa”, explica la periodista. Se eligió el blanco como color principal para pintar paredes, para el mobiliario más grande y para el suelo, que se cubrió con una pintura plástica blanca y brillante. “Para mí fue toda una sorpresa porque nunca pensé tener un suelo completamente blanco, pero queda bien, ilumina mucho y es fácil de limpiar”, dice Mercé.
El salón mantiene la superficie del original, pero sí se cambiaron materiales, la disposición del mobiliario y la decoración para dar más sensación de amplitud y potenciar la luz natural.
“Había un suelo de parqué que se extendía por todo el salón y el comedor que, si bien daba calidez, oscurecía un poco la casa”, explica la periodista. Se eligió el blanco como color principal para pintar paredes, para el mobiliario más grande y para el suelo, que se cubrió con una pintura plástica blanca y brillante. “Para mí fue toda una sorpresa porque nunca pensé tener un suelo completamente blanco, pero queda bien, ilumina mucho y es fácil de limpiar”, dice Mercé.
Antes de la reforma, la entrada principal (en la imagen) se abría a un pasillo que, a su vez, conducía a un office. “El pasillo hacía que el recibidor fuera estrecho e incómodo, además de oscuro. Era la única vía para llegar al salón y a los dormitorios”, cuenta Mercé. Con la reforma, se eliminan pasillo y office y en su lugar ahora vemos un acogedor hall (en la imagen) con acceso a la cocina, por un lado, y al salón-comedor, por el otro.
La decoración del amplio espacio salón-comedor la protagonizan piezas que son, a su vez, recuerdos de los viajes del matrimonio. Un ejemplo es el puf color fucsia a los pies de la librería que compraron en Marrakech (en la imagen). Sobre el sofá, cuelga un yugo forrado en papel de periódico, obra de una de las hijas mayores del matrimonio.
En lugar de televisión hay un proyector para ver películas. “No tenemos tele porque no nos gusta que esta monopolice el salón; queríamos un espacio para hacer vida de familia”, cuenta Mercé Roldós.
Sofá de cuero verde: Ligne Roset
En lugar de televisión hay un proyector para ver películas. “No tenemos tele porque no nos gusta que esta monopolice el salón; queríamos un espacio para hacer vida de familia”, cuenta Mercé Roldós.
Sofá de cuero verde: Ligne Roset
“De toda la casa, este es mi rincón preferido, con el pequeño sofá blanco. Aquí me siento a leer, porque se ve mucho verde a través de las ventanas y entra una luz muy bonita”, dice la dueña. En la imagen, vemos una mesa auxiliar hecha a partir del tronco de un árbol caído; sobre ella, una máscara traída del Congo. “Cuando veo una cosa que me gusta, me invento un sitio para ponerla”, cuenta la periodista.
A la derecha de la imagen está el escritorio de Mercé, que trabaja desde casa; fue adquirido en El Rastro de Madrid. “Este es el mejor despacho que hubiera podido imaginar, con vistas y la tranquilidad que necesito”, reconoce.
A la derecha de la imagen está el escritorio de Mercé, que trabaja desde casa; fue adquirido en El Rastro de Madrid. “Este es el mejor despacho que hubiera podido imaginar, con vistas y la tranquilidad que necesito”, reconoce.
La vivienda ya había sido reformada anteriormente, pero Mercé y Óscar, que así se llama el marido de Mercé, esta vez querían mejorar la cocina y el salón-comedor (en la imagen), para que fueran más cómodos y espaciosos: a esta familia le gusta sentarse en el suelo a escuchar música, hacer yoga… y que la hija pequeña pueda bailar a sus anchas en el salón.
Las grandes ventanas proporcionan mucha luz natural todo el día. “No usamos casi cortinas: con todos los árboles nadie puede ver”, dice la dueña. Solo abren los toldos exteriores los días de verano, cuando el sol pega más directamente –el piso está en una segunda planta.
Las grandes ventanas proporcionan mucha luz natural todo el día. “No usamos casi cortinas: con todos los árboles nadie puede ver”, dice la dueña. Solo abren los toldos exteriores los días de verano, cuando el sol pega más directamente –el piso está en una segunda planta.
La columna que hay en medio del salón sirve como eje de los cambios de ambiente; es donde convergen la zona de trabajo de Mercé, el comedor y el salón.
De camino a la cocina (en la imagen, a la derecha), vemos que el hall no solo se entiende como área de paso; también es un recibidor con una barra con taburetes, flores, revistas y, por supuesto, libros para dar la bienvenida.
De la pared, cuelga una impresión de gran formato de la portada de un número de la revista Paris Match, donde el dueño trabajó durante su estancia en Francia.
De la pared, cuelga una impresión de gran formato de la portada de un número de la revista Paris Match, donde el dueño trabajó durante su estancia en Francia.
Como a Óscar le gusta cocinar, renovaron la cocina al completo, añadiendo grandes armarios, muebles modernos, cajones de un metro de ancho y hasta una nevera especial para los vinos. Todo está pensando para hacer de la cocina un espacio fácil, actual, funcional y bonito. Los electrodomésticos están empotrados y la cocina tiene, como el dueño quería, tres fogones de gas y dos de inducción. Cambiaron el fregadero de pared: “antes, estaba justo bajo la ventana, pero ahora esa luz se aprovecha para la zona de trabajo”, cuenta la dueña.
Dos puertas correderas aíslan de manera discreta los ambientes. Una, con un ojo de pez, cierra la cocina y la separa del hall; la otra discurre entre el hall y el salón-comedor. “Si tienes una fiesta o una cena y los niños quieren dormir, se cierra solo ese espacio. Además, como yo trabajo en casa puedo tener reuniones y esas puertas proporcionan privacidad”, dice la periodista.
Puertas correderas: espacios versátiles con un solo gesto
Puertas correderas: espacios versátiles con un solo gesto
Otro elemento del gran hall de entrada es este inmenso bloque de armarios (a la izquierda de la imagen), pensado para dejar abrigos pero también para guardar los artículos de limpieza y la tabla de planchar. Además, hay un armario doble con seis cajoneras y tres estantes de 80 cm de ancho donde tener los cubiertos, la mantelería y bandejas. Por el hueco de la derecha, se accede a la cocina.
“Aquí guardamos todo lo que no cabe en la cocina –cuenta Mercé. Con la reforma, no queríamos hacer un cuarto solo de limpieza y trastero, ¡pero tampoco queríamos que estuviera todo a la vista! Con este bloque de armarios y almacenaje se ha solucionado”, dice la dueña.
“Aquí guardamos todo lo que no cabe en la cocina –cuenta Mercé. Con la reforma, no queríamos hacer un cuarto solo de limpieza y trastero, ¡pero tampoco queríamos que estuviera todo a la vista! Con este bloque de armarios y almacenaje se ha solucionado”, dice la dueña.
El bloque de armarios enmarca el pasillo que da acceso a los dormitorios.
¿Si tuvieran que elegir solo una pieza de la casa? Mercé reconoce que uno de los recuerdos más valiosos es el cuadro pintado por un artista australiano sobre tablas de madera en tonos verdes que Óscar compró en París y que cuelga en el hall (en la imagen, arriba a la derecha). Las dos banquetas de estilo oriental son de la isla francesa de Ré y la alfombra, de Estambul.
“Me gusta la combinación de varios estilos y colores; como soy también diseñadora gráfica, el tema cromático parece estar muy presente en mi vida”, reflexiona con humor Mercé, a quien despedimos en la imagen en su enorme hall, junto a uno de esos recuerdos de los viajes de la pareja que decoran su hogar: un anuncio de aceite de oliva de Túnez… que trajeron desde Nueva York.
Más hogares únicos en la sección ‘Visita privada’ de la Revista Houzz España
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¿Qué es lo que más te gusta de la casa de estos periodistas en Madrid? ¿Algún rincón que te haya inspirado especialmente? Participa en los comentarios
“Me gusta la combinación de varios estilos y colores; como soy también diseñadora gráfica, el tema cromático parece estar muy presente en mi vida”, reflexiona con humor Mercé, a quien despedimos en la imagen en su enorme hall, junto a uno de esos recuerdos de los viajes de la pareja que decoran su hogar: un anuncio de aceite de oliva de Túnez… que trajeron desde Nueva York.
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Quién vive aquí: La periodista Mercé Roldós; su marido, Óscar Becerra, y su hija pequeña –las dos mayores viven fuera
Situación: Mirasierra, Madrid
Superficie: 150 metros cuadrados
Proyecto: Luis Díaz-Mauriño
Presupuesto: 60.000 €
Fotografía: Carla Capdevila / ©Houzz España 2019
A la vista está que, junto con los viajes, de los que hablaremos luego, una de las aficiones de esta familia de cinco –en la actualidad, dos de las hijas viven en el extranjero– son los libros.
“Con la última reforma, incorporamos al salón una parte del pasillo que va hacia las habitaciones para tener una gran estantería”, cuenta Mercé, a quien en la imagen vemos posando para Houzz junto a la bonita librería. “Para sentarnos a leer, elegimos una silla escandinava del anticuario madrileño César Gusano, de Los Gusano, junto a una lámpara con pantalla blanca que compramos en el Ampurdán”, detalla la dueña, una periodista y diseñadora gráfica que trabaja desde casa.